El día 23 me acerqué al colegio, hacía muchos años que no veía su fachada, y antes de entrar, me dí una vuelta por el barrio para meterme en situación. Ya no existe "Las 4 Fanegas", aquella tiendecita de Altamirano donde vendían patatas fritas y cortezas, tampoco existe la tienda de variantes de Tutor, enfrente del Mercado, ni, por supuesto, la lechería de la calle Romero Robledo, ahora no pasaría ningún control sanitario, pero sí existe la bodeguita de la esquina donde mi paladar adolescente probó su primera cerveza, algo que me dejó un recuerdo tangible (no hay más que fijarse en mi tripa cervecera). Después de charlar un rato con el camarero, sigue siendo el mismo, me dirigí al hall del colegio, pensando que el reencuentro sería bonito y anecdótico, pero poco más; tras la comida y el intercambio verbal de recuerdos, todos volveríamos rápidamente a nuestras vidas actuales alegando una vaga excusa.
!Qué equivocado estaba! Desde el primer momento, todos diciendo nuestro apellido en voz alta para reconocernos, surgieron abrazos espontáneos. Las frases más oídas fueron: "No jodas" y "Coño, eres tú"; que traducidas al lenguaje de la niñez significan: "Dame un abrazo" y "Cómo me alegro de verte". Durante la comida mi primera intención era hablar con todos, estar un ratito en cada grupo, pero fue imposible. Me encontraba tan a gusto en el grupo de los borrachos, el que formamos en la barra, que no hubo manera de salir de ahí. Luego de vuelta a Madrid, alguien propuso tomar la penúltima y terminamos a las tantas en un bar de Marqués de Urquijo. Ninguno queríamos irnos. Hubo incluso quien anuló citas anteriores para seguir allí. Eso es estar a gusto. Eso es una "re-unión".
No pude hablar con todos, pero tuve la sensación de haber recibido cincuenta abrazos. Espero que sintierais lo mismo. Miguel Vigil
!Qué equivocado estaba! Desde el primer momento, todos diciendo nuestro apellido en voz alta para reconocernos, surgieron abrazos espontáneos. Las frases más oídas fueron: "No jodas" y "Coño, eres tú"; que traducidas al lenguaje de la niñez significan: "Dame un abrazo" y "Cómo me alegro de verte". Durante la comida mi primera intención era hablar con todos, estar un ratito en cada grupo, pero fue imposible. Me encontraba tan a gusto en el grupo de los borrachos, el que formamos en la barra, que no hubo manera de salir de ahí. Luego de vuelta a Madrid, alguien propuso tomar la penúltima y terminamos a las tantas en un bar de Marqués de Urquijo. Ninguno queríamos irnos. Hubo incluso quien anuló citas anteriores para seguir allí. Eso es estar a gusto. Eso es una "re-unión".
No pude hablar con todos, pero tuve la sensación de haber recibido cincuenta abrazos. Espero que sintierais lo mismo. Miguel Vigil
Gracias otra vez Miguel por tus colaboraciones al blog. Seguro que el resto de compañeros se animan y "me dan un poco de trabajo" para el blog.
Navares
No hay comentarios:
Publicar un comentario