Bueno Navares y resto de blog-adictos. Creo que ya he logrado incorporarme como "contribuyente neto" al blog; o como intruso porque algo de eso siento al introducirme en esta especie de santuario virtual de recuerdo escolares.
Lamentablemente guardo pocas fotografías de la época y además me está costando encontrarlas.
Pero como por algo hay que empezar lanzo al hiperespacio los recuerdos del campamento de Benasque. Esta fotografía con José Luis Colomer, pienso que es del día de nuestra salida al Pirineo aragonés en 1971.
La foto está tomada en la esquina de Martín de los Heros con Romero Robledo (allí vivía, entre otros Carlos Casquero, lo que le permitía jugar en el patio al salir del cole; el muy suertudo)
De ese campamento de Benasque recuerdo muchas cosas y todas gratas (salvo la caída de Luis Ocaña que iba a pasar al día siguiente cerca del campamento y que iba líder
En mi tienda estaban Cogollos, Catalán, Aznar y, creo, Castro. También está (...?) (perdóname pero ahora no me acuerdo de tu nombre) que observa muy concentrado junto a Cogollos mi precisión con los perdigones.
Por aquella época yo no tocaba la guitarra, pero me entusiasmaba y miraba con admiración y envidia los que la tocaban en los fuegos de campamento, justo unos metros más atrás de donde estamos en la foto. Habíamos terminado quinto y, ya adolescentes, estábamos abandonando la dorada época de la niñez, si bien algunos conservabamos una no pequeña dosis de ingenuidad.
Es curioso pero mientras escribo me doy cuenta de que este blog me está produciendo un efecto "descompresor" de recuerdos. Probablemente siete años, la etapa que transcurre entre los siete años y los catorce, es cronológicamente una minucia con la perspectiva de un post-adolescente de cincuenta y dos años pero, con aquella edad, representa una enormidad en la que las vivencias, fracasos escolares, amistades y camaraderías eternas, miedos y sueños, hallazgos y decepciones, se entremezclan en extrañas sinuosidades para conformar esa persona que vas a ser toda tu vida. Al "descomprimir" esos recuerdos, me encuentro con una caja de Pandora que me explica mucho de quién soy y por qué soy; el colegio me ha dejado sin ninguna duda una impronta que me ha acompañado toda la vida.
Un abrazo, con olor a pino y brezo en esta primera incursión ciber-escolar
Javier Alcazar
Por aquella época yo no tocaba la guitarra, pero me entusiasmaba y miraba con admiración y envidia los que la tocaban en los fuegos de campamento, justo unos metros más atrás de donde estamos en la foto. Habíamos terminado quinto y, ya adolescentes, estábamos abandonando la dorada época de la niñez, si bien algunos conservabamos una no pequeña dosis de ingenuidad.
Es curioso pero mientras escribo me doy cuenta de que este blog me está produciendo un efecto "descompresor" de recuerdos. Probablemente siete años, la etapa que transcurre entre los siete años y los catorce, es cronológicamente una minucia con la perspectiva de un post-adolescente de cincuenta y dos años pero, con aquella edad, representa una enormidad en la que las vivencias, fracasos escolares, amistades y camaraderías eternas, miedos y sueños, hallazgos y decepciones, se entremezclan en extrañas sinuosidades para conformar esa persona que vas a ser toda tu vida. Al "descomprimir" esos recuerdos, me encuentro con una caja de Pandora que me explica mucho de quién soy y por qué soy; el colegio me ha dejado sin ninguna duda una impronta que me ha acompañado toda la vida.
Un abrazo, con olor a pino y brezo en esta primera incursión ciber-escolar
Javier Alcazar
Fantástico Alcazar ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarPor fin alguien se anima, y consigue, escribir en el blog donde, efectivamente, te liberas un poco de tantos sentimientos que llevábamos dentro sin saberlo y compartes recuerdos que teniamos medio olvidados.
Enhorabuena
Navares
Que tal Javier,espero que cuando vengas en la próxima reunión,seas
ResponderEliminarALCAZAR,y no "el duque" un abrazo
Wences